PD: Si algún día no publico es que estoy buscando razones para seguir

Día 111 - Agosto en junio

Hoy no duermo hilarado y ardido,
porque no le parece bien al sino.

Hoy me devoro en llamas y en centígrados,
en dolores, en virus y en desequilibrios...

Hoy me canso feliz y cenizo porque
todo acaba, porque todo se rinde...

Hoy arde el mundo en llamas, estoy ardido:
hoy sueño con un mañana perfecto, confundido...

Sueño con un mañana ordenado (estoy errado),
plácido de decadencia..., ausente (me engaño).

Hoy sin embargo sigo feliz y tiranizado;
clausurado, en cerrazón de conocimiento,
negada la verdad, esperando el advenimiento.

Día 110 - En la cebada:

 Espera. Es verano y el viejo
 ha salido a esperar al campo.
Cantan las aves oscuras
muy agudos cantos. Espera,
¿no ves que lo está encontrando?
 Él espera. Observa el amanecer
 de espigas de cebada rebrillando,
 que los trigos son como niebla
 azulada y polvorienta...

 Él escoge. Observa las mejores
 espigas que recorre, y acaricia
 su garabasta, como largo pelo
 que tienen por ser cebada.

 Él desata cada espiga de su tallo.
 Él separa cada semilla de su argaña
 y hace dos pequeños montones:
Uno mayor y amarillo de cebada,
uno rojizo con el trigo retoñado.

Día 109 - Por el centinela de...

 

Implorado a seguir en la lucha por la vida,
alicaído y desmoralizado,
con el vuelo raso de las palomas enfermas
os espero en este verano.

Renacido a cada mansa lluvia, que agostado
cada segundo después me deja el sol...
Y con cada soplo de brisa claro, un rayo
asesino y sin cordura me asfixia atroz.

Pero sigo a cada paso desganado, con espinas
clavadas en la carne,
con la fatiga del estío estepario, con la muerte a zaga.

Pero no me rindo, sigo (luchando) por la vida,
en el exilio distante
de la cercanía, estiro mi aguante deseoso de exención...

Día 108 - Algo falla

Algo falla cuando me importan más
mis penas personales que esta historia.
No te olvides que cuando me dices
tuya es la responsabilidad, míos los actos.

¡Por dios! Libraos de tanta indulgencia
extraños enemigos de las cosas sin nombre,
sabios de carcoma, muertos de infarto
no veis que lo único que hacéis es condenaros.

"Déjalos atados a la infiel tortura rutinaria
de los días", pero, ¿para qué?
Su condena no es acaso nuestra, y su dolor
no es el que luego nos infringen...

Imbéciles sin cabeza mueren de dolor 
por las esquinas: Algo falla, cuando no les quiero 
matar, pero les deseo una muerte atroz.

Día 107 - Regreso o vuelta I

Como un Fernando Merlo muerto
hoy leo Nafa en vez de Buda.
Del regreso no merece la pena hablar
pues no es acaso su vida dura...

Mientras nadie a las puertas nunca
destroza el corazón delgado
y la obsesión de la nueva era
sustituye a la adicción de su pasado.

Como Nafa me muero y escalo,
las cumbres de las amarguras
antes de sentir el corazón blanco.
Nada parece merecer su altura.