Fuego para el Alma:
Alguien siente como yo que nada resta;
alguien siente mi desamparo y mi dolor,
alguien siente en esta tierra…
Alguien quiere como yo quiero a esta nada;
alguien quiere querer lo que no tiene valor,
alguien quiere en esta tierra como quiero yo…
Duelen invernizos los segundos en azules desengaños,
el descrédito de antaño nos acoge
y los cajones de cuchillos son la cárcel.
Distinto el ser que no es distante,
que se haya en otra parte y que no hayo;
las personas a mi lado se desmayan y deshacen;
la pena es el pañuelo que me seca las lágrimas
y las lágrimas la única solución a algún millar de problemas,
pero ya no lloro, porque no puedo llorar.
Suelo soñar maravillas topiquistas que olvido;
suelo pensar en la mañana que es pereza lo que me hace no poderme levantar,
puede que sea mejor ese pensar…
Los sinceros sentimientos languidecen,
los oscuros se organizan en cuarteles y nos matan,
cada gota de nuestra sangre es el rojo en su carrique.
Sinceramente me quiero fuera de este conjunto ominoso de mentiras,
de verdades irredentas en el alma
que no puede más ya con los gritos.
Sinceramente necesito una gasa desinfecta,
un silencio claro y puro,
y una hoguera…
Qué pena no vuelva San Juan para deshacer su hielo.
Los campos, que son un gran mar,
ondulan para sotavento.
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